jueves, 12 de marzo de 2009

Pase lo que pase



Aunque la higuera no dé renuevos,
ni haya frutos en las vides;
aunque falle la cosecha del olivo,
y los campos no produzcan alimentos;
aunque en el aprisco no haya ovejas,
ni ganado alguno en los establos;
aun así, yo me regocijaré en el Señor,
¡me alegraré en Dios, mi libertador!
(Habacuc 3:17-18)

Es fácil hablarlo, pero es mucho más difícil vivirlo ¿no?
Estamos en una época complicada con crisis económica, y conflictos sociales. Esto a veces nos preocupa, y a veces las cosas no salen como esperamos.
Estas son las noticias de todos los días, robos, asesinatos, violencia, muertes, enfermedades, despidos laborales, inflación, los precios aumentan, histeria, caos, conflictos entre empresarios y gobierno, etc., etc.
Admiro a las personas que he visto comportarse con alegría y gratitud hacia Dios ante la adversidad, los problemas o dificultades, muchas veces, suceden cosas que nos preocupan o nos duelen, no se bien que te puede estar pasando, pero sé que siempre habrá otras tantas cosas para agradecer y ponerse contento, muchas veces solo hablamos de prosperidad, milagros y beneficios (y soy testigo de que Dios lo hace), pero que bueno es que aunque pase lo que pase, podamos alegrarnos en Dios y darle gracias por todo, aun sin entender porque nos suceden algunas cosas.
Es como el ejemplo de ver el medio vaso vacío o ver el medio vaso lleno. Depende de nosotros.
Hay muchas, pero muchas cosas para dar gracias a Dios, si somos sus hijos por medio de la Fe en Jesús.
Que bueno que en esos momentos, en lugar de pensar en los problemas o dificultades, en lugar de ver el medio vaso vacío, podamos ver el medio vaso lleno y nos pongamos a pensar en todas las cosas buenas que Dios nos da y darle gracias.
Gracias Dios por todo, verdaderamente gracias Dios, aun por lo que no entiendo y me cuesta aceptar. Se que querés lo mejor para nosotros.