viernes, 24 de abril de 2009

Aprender a Pensar

A ver…¿que harías en esta situación?
Estás conduciendo tu auto en una noche de tormenta terrible. Pasás por una parada y ves a tres personas esperando al autobús:
1. Una anciana que parece a punto de morir.2. Un viejo amigo que te salvó la vida una vez.3. El hombre o la mujer de tus sueños.
¿A cuál llevarías en el auto, teniendo en cuenta que sólo podés llevar a un solo pasajero?Pensá antes de seguir leyendo…
Este es un dilema ético-moral que una vez se utilizó en una entrevista de trabajo. Podrías llevar a la anciana, porque va a morir, y por lo tanto deberías salvarla primero; o podrías llevar al amigo, ya que él te salvó la vida una vez, y esta sería la oportunidad perfecta de devolverle el favor.
Sin embargo, tal vez nunca vuelvas a encontrar al hombre o mujer de tus sueños…
Pensá antes de seguir leyendo…
El aspirante que fue contratado (de entre 200 aspirantes) no dudó al dar su respuesta.
¿QUÉ DIJO? Simplemente contestó: “Le daría las llaves del auto a mi amigo, y le dejaría que llevara a la anciana al hospital. Yo me quedaría y esperaría al autobús con la mujer de mis sueños.”
Pensar: Reflexionar, examinar con cuidado algo para formar dictamen. (Definición de la R.A.E.)
Debemos aprender a superar y romper con las aparentes limitaciones que nos plantean los problemas, y aprender a pensar creativamente, debemos pensar ¿Qué Haría Jesús? para así poder elegir la mejor opción.
Muchas veces creemos que los problemas no tienen solución y nos resignamos a perder y no luchar, olvidando aquellas palabras que dicen: “Lo que es imposible para el ser humano, es posible para Dios” (Lucas 18:27). Usemos la inteligencia para pensar como resolver esas situaciones, usemos la inteligencia para pensar y planificar las soluciones (Lucas 14:28-41 – Planificar).
Como diría mi amigo mexicano Abraham Perez: “Vale la pena luchar, por aquello que vale la pena tener…”
1 Corintios 14:20 “Hermanos, no sean niños en su modo de pensar. Sean niños en cuanto a la malicia, pero adultos en su modo de pensar.”

viernes, 3 de abril de 2009

El soldado y el niño

Un joven soldado de los EEUU había perdido al hermano mayor y al padre en la batalla de Gettysburg. El soldado decidió ir a Washington, con la intención de entrevistarse con el presidente Lincoln y pedirle que lo exceptuara del servicio militar, para poder volver a su casa y ayudar a su madre y a su hermana en las labores agrícolas.

El guardia que estaba de turno en la Casa de Gobierno le comunicó que no podía ver al Presidente, ya que estaba muy ocupado. Le ordenó que se fuera y volviera al campo de batalla.

Desilusionado, el soldado se sentó en un banco de la plaza cercana de la Casa Blanca. Allí estaba, sin saber qué hacer, cuando se acercó un niño adonde estaba y viéndolo triste, le preguntó qué le ocurría. El soldado le contó su historia.

-Yo puedo ayudarlo -sentenció el muchachito, conmovido.

Tomando la mano del soldado, lo llevó de vuelta al portón de la Casa Blanca. Aparentemente el guardia no los vio, pues no fueron detenidos. Caminaron directamente hasta la puerta del frente de la Casa Blanca y entraron. Allí dentro, pasaron delante de generales y oficiales, pero ninguno dijo una palabra. El soldado no entendía lo que sucedía.

Finalmente, llegaron al Salón Oval, donde el Presidente estaba trabajando. El muchachito simplemente entró, conduciendo al soldado. Detrás del escritorio, estaban Abraham Lincoln y el Secretario de Estado examinando planes de batalla.

El Presidente miró al niño y luego al soldado, y dijo:

-Buenas tardes, Todd. ¿Puedes presentarme a tu amigo?

Y Todd respondió:

-Papá, este soldado necesita hablar contigo.

El soldado le hizo el pedido al presidente Lincoln, y allí mismo obtuvo la licencia que necesitaba.

(www.renuevodeplenitud.com)

¡¡Que buena metáfora!!
Espero que recuerdes que siempre está el “Hijo” viéndote y preguntándote que te pasa, esperando que lo tomes de la mano para llevarte al “Padre” y poder ayudarte. Solo tenés que tomarlo de la mano y seguirlo.

Juan 14:6 Jesús le respondió:
“Yo soy el camino, la verdad y la vida. Sin mí, nadie puede llegar a Dios el Padre.”

Los que creemos en Jesús tenemos acceso al Padre celestial por medio de su Hijo, Jesucristo. Él es nuestro intercesor, y podemos ir a su presencia en cualquier momento y hora.

Efesios 2:13-18
Pero ahora en Cristo Jesús, a ustedes que antes estaban lejos, Dios los ha acercado mediante la sangre de Cristo... Pues por medio de él tenemos acceso al padre por un mismo Espíritu.