lunes, 16 de mayo de 2011
El Andamio
Los planos del edificio eran sencillamente geniales, perfectos. La obra ya había comenzado y el fundamento estaba puesto, era sólido, profundo, capaz de soportar un gran edificio.
Los edificadores fueron instruidos en la tarea a realizar y dispusieron manos a la obra! Era emocionante ver como, en poco tiempo, el primer piso de la edificación iba tomando forma. Era mucho trabajo, pero estaba bien distribuido, no eran muchos trabajadores, pero el nivel de coordinación y armonía entre ellos era fuera de este mundo!
Para poder continuar la labor debían proseguir hacia arriba, fue entonces que apareció. Era de lineas estilizadas, firme, fácil de armar y con poco esfuerzo se podía lograr gran altura; era tiempo de usar el andamio.
Cuando los trabajadores lo vieron armado, simplemente lo amaron; todos querían estar sobre él y de hecho lo hicieron, se subieron y continuaron la labor de construcción. Pasaban tanto tiempo sobre el andamio que comenzaron a añadirle algunas comodidades, una lona sirvió para cubrir cierta áreas de la acción del viento, pero otros pensaron que era más práctico ponerle algo sólido, el invierno se avecinaba y era necesario algo más “permanente”, entonces reemplazaron la lona con madera, y alguien muy previsor trajo pintura. Wow! era increíble, el andamio se veía cada vez mejor…
Los jefes de obra comenzaron a poner orden, alguien debía hacerlo, estaban perdiendo la perspectiva!! había mucha gente desparramada en el andamio! Fue entonces que se reguló la forma en que se debía acceder a los distintos niveles del andamio. Sólo los más cercanos a los jefes de obra podían ocupar los espacios de más arriba, casualmente los espacios más cómodos, el resto de los niveles podía ser usado por los obreros.
La gente pasaba por fuera del edificio, sentían curiosidad de saber un poco más de lo que estaban construyendo, pero la atención giraba rápidamente hacia el imponente andamio, era tan bello, iluminado, organizado, todo en su lugar… las multitudes se agolpaban en la base del mismo.
Cierto día, uno de los curiosos no aguantó más, pensó e hizo la pregunta, la misma pregunta que había sido ahogada en los labios de muchos otros, sin embargo él la haría… se acerca y pregunta a los obreros, ellos no tienen la respuesta, va donde los encargados, capataces, supervisores… nadie tiene la respuesta… camina desilusionado por el frente del edificio, la pregunta era simple: “¿qué están construyendo?” … decide entrar al recinto a medio construir, se ve polvoso, descuidado, un mesón de carpintero se observa al fondo y algo blanco sobresale de la superficie, corre tan rápido como puede, llega al mesón y lo que ve son los planos del edificio! … lee atentamente el nombre de la obra en construcción, lo encuentra… lee… llora… el plano decía : “Aquí se construye la Iglesia de Jesucristo.”
Para Pensar...
Fuente:
http://micaldodecabeza.wordpress.com/2011/04/13/el-andamio-reflexiones-para-pensar/
miércoles, 11 de mayo de 2011
lunes, 2 de mayo de 2011
Despedida a un GRANDE
Por Gary Wilkerson (hijo de David Wilkerson)
El miércoles por la tarde (27-04-11), mi padre, David Wilkerson, falleció en un
accidente automovilístico. Lamentamos la pérdida de un padre amoroso, de un
esposo fiel y de un hombre santo delante de Dios. Mi madre, Gwen, su esposa por
57 años, también se encontraba en el auto, pero se nos ha informado que se
recuperará por completo.
Los más de 60 años de ministerio de mi padre han impactado las vidas de
aquellos más cercanos a él, y se han extendido a millones alrededor del
mundo. Hoy sentimos una pérdida personal, pero al mismo tiempo, nos
regocijamos al saber que papá vivió su vida al máximo, obedeciendo a Dios
con devoción y amando a Jesús radicalmente.
Él fue conocido por su ilimitada fe. Él creyó que Dios podría cambiar las
vidas de miembros de pandillas y transformar a los drogadictos más
desesperados. Él creyó que una iglesia dinámica podría ser establecida en
el corazón de Times Square, en la ciudad de Nueva York. Él creyó que podría
ser un hombre que amara bien a su esposa e hijos. Y él lo hizo.
A papá no le gustaba la fanfarria, la aclamación, o la ceremonia. Él
declinó invitaciones para reunirse con líderes mundiales, sin embargo podía
dar todas sus posesiones para apoyar al huérfano necesitado o a la viuda en
situación de emergencia.
Como el rey David, papá sirvió a su generación según la voluntad de Dios.
Él predicó con una pasión sin concesiones y una gracia implacable. Él
escribió con increíble entendimiento, claridad y convicción. Él corrió la
carrera bien y cuando su obra fue terminada, fue llamado a casa.
No creo que mi padre se hubiera jubilado bien. No creo que él era uno de
aquellos que se sentaría en una silla a recordar el tiempo pasado. Creo que
Jesús, teniendo conocimiento de esto, con gracia lo llamó a casa.
La última misión de papá en la tierra fue el abogar por el bien de los
pobres - proveer auxilio y apoyo a los niños hambrientos, a las viudas y a los
huérfanos. Tras fundar Teen Challenge, World Challenge y Times Square Church,
él buscó alimentar a niños en hambruna en los países más pobres del mundo.
Hoy, Please Pass the Bread ("Por favor pasa el pan") está salvando miles de
vidas de niños por medio de aproximadamente 56 programas de alcance en 8
países.
Sé que si mi padre hubiera sido capaz de alentarlo hoy con sus
palabras, él le hubiera invitado a darle su todo a Jesús, a amarle a Dios
profundamente y a dar todo de sí mismo en pos de las necesidades de su
prójimo.
Las obras que él inició le sobreviven. Todos podemos atestiguar de su efecto
en nosotros - no solamente a través de su predicación, mensajes escritos y
fundación de ministerios de impacto internacional, sino también por su amor,
devoción, compasión y habilidad para mover nuestra fe en pos de mayores
obras.
"David, habiendo servido a su propia generación según la voluntad de Dios,
durmió” (Hechos 13:36).
David Wilkerson, Gran Siervo de Dios.
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