lunes, 13 de junio de 2011
El que come y no convida
Como decía ese viejo dicho: "El que come y no convida tiene un sapo en la barriga"
La idea, es que si lo que lees acá te sirve para conocer a Dios y alimenta tu espíritu y tu alma, entonces que lo compartas con otros, no seas egoísta!!
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Abrazo y lo mejor de Dios para vos !!
viernes, 10 de junio de 2011
No cambies tu Libertad
En una asoleada mañana, dos alondras subían volando a lo alto.
La alondra padre hablaba con su polluelo, haciéndole ver lo maravilloso que es tener alas y poder volar hasta las alturas.
Pero el pequeño, en su inexperiencia, escuchaba sólo a medias, pues su atención se fijaba en el tintinear de una campanita, que llegaba a sus oídos desde la tierra.
El pajarillo, curioso, bajó al campo de donde provenía el sonido que tanto le atraía, y vio a un hombrecillo que guiaba un carro mientras gritaba: "¡Vendo lombrices! ¡Dos lombrices por una pluma!"
A la pequeña alondra le encantaban las lombrices; ya al nombrarlas se le hacía agua el pico. Y sin pensar más se decidió: arrancó una pluma de sus alas y la cambió por dos lombrices. Cuando se las hubo comido volvió junto a su padre, muy satisfecha.
Al día siguiente la alondra esperó ansiosamente el sonido de la campanita, y al oírla bajó a realizar nuevamente su extraño negocio, dando otra pluma a cambio de dos lombrices. Esto lo repitió día tras día.
Una vez ofreció al hombrecillo cinco plumas por diez lombrices. El vendedor aceptó entusiasmado y, desde entonces, por espacio de varios días más, continuó el intercambio.
Al tiempo la alondra quizo volar, pero batió sus alas inútilmente: ¡ya no podía volar! ¡Estaba atada a la tierra y condenada a arrastrarse en lugar de volar! ¡Había cambiado sus alas, su libertad, por un puñado de lombrices!--Luther Burbank.
¡Cuantas veces, por no escuchar el consejo de los más sabios, vamos cambiando nuestras alas por un puñado de lombrices! No regales tu libertad por vanos y baratos placeres que luego te dejaran sin fuerza y sin libertad. No dejes que nadie te confunda, Jesús te ofrece la libertad, recibila y no la cambies por nada.
Entonces Jacob dio a Esaú pan y del guisado de las lentejas; y él comió y bebió, y se levantó y se fue. Así menospreció Esaú la primogenitura.
Genésis 25:34
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