martes, 30 de agosto de 2016

Ni Olvido ni Perdón




En muchos lugares he leído y escuchado esta expresión: “Ni olvido, Ni perdón.” 

También es muy común ver este tipo de pintadas en muros y paredes de Argentina y en muchos otros lugares de Latinoamérica.

En Argentina se hizo famosa esta frase o pintada, por la agrupación de Madres de Plaza de Mayo, que desde el año 1977 reclamaban por los desaparecidos de la Dictadura Militar, reclamaban por la desaparición de sus hijos y nietos. Situación que debe doler incomprensiblemente para la gente que lo ha vivido. Con los cuales me solidarizo.

Lamentablemente situaciones dolorosas similares se han vivido por diferentes razones en muchos otros países de América como Chile, Méjico, Colombia, Venezuela, etc. 

Pero por otro lado me lleva a pensar que diferente es el amor de Dios y su postura del perdón.
Dios, aun viendo todo lo que fallamos y hacemos como sociedad, guerras, muertes, hambre, odio, violencia, secuestros, mentiras, engaños, explotación, etc.
Indirectamente, todos le matamos su hijo con nuestro comportamiento, porque vino al mundo a justificar a los pecadores, y no hay ninguno que no haya fallado y pecado. Pero aun así nos perdonó.

Dios, aun así decidió perdonarnos por medio de su hijo Jesús, nos perdonó y justificó por medio de la obra de Jesús en la cruz y su resurrección.

Y para Dios perdonar es diferente, perdonar es una decisión, no un sentimiento, para Dios perdonar es olvidar. Es no traer más a la memoria. Es olvidar que le fallamos. Es perder el derecho a reclamar.

Dios Si Perdona y Si Olvida.

Jeremías 31:34 - PDT  -  Perdonaré sus faltas y me olvidaré de sus pecados. Es la decisión del Señor.

Isaías 43:25 - DHH  -  Pero yo, por ser tu Dios, borro tus crímenes  y no me acordaré más de tus pecados.

Y por supuesto no digo que sea fácil estar en el lugar de los familiares de los desaparecidos o en lugar de alguien que sufrió alguna situación similar, pero creo que si fuéramos más parecidos a Jesús, viviríamos en un mundo mejor. Sin tantas guerras, venganzas, muertes, hambres, injusticias, odio y violencia.

Cuando le pedimos perdón a Dios en nombre de Jesús, en nuestra intimidad, Dios nos dice: “Te Perdono y me Olvido que me fallaste.”

Que grande e incomprensible es el amor de Dios.

Para Pensar…

Diego Amado.

viernes, 19 de agosto de 2016

La Historia del Hotel Waldorf





Según cuenta la historia, una noche de tormenta, hace ya bastantes años, un matrimonio mayor entró en la recepción de un pequeño hotel en Filadelfia. Se aproximaron al mostrador y preguntaron: "¿Puede darnos una habitación?".

El encargado, un hombre atento y de movimientos rápidos, les dijo: "Lo siento de verdad, pero hoy se celebran tres convenciones simultáneas en la ciudad. Todas nuestras habitaciones y las de los demás hoteles cercanos están ocupadas”. El matrimonio manifestó discretamente su agobio, pues era difícil que a esa hora y con ese tiempo tan horroroso pudieran encontrar dónde pasar la noche. El encargado entonces les dijo: "Miren..., no puedo dejarles marchar sin más con este aguacero. Si ustedes aceptan la incomodidad, puedo ofrecerles mi propia habitación. Yo me arreglaré con el sillón de la oficina, pues tengo que estar toda la noche pendiente de lo que pase”.

El matrimonio rechazó el ofrecimiento, pues les parecía abusar de la cortesía de aquel hombre. Pero el encargado insistió con cordialidad y finalmente ocuparon su habitación. A la mañana siguiente, al pagar la estancia, aquel hombre dijo al encargado: "Usted es el tipo de gerente que yo tendría en mi propio hotel. Quizás algún día construya uno para devolverle el favor que hoy nos ha hecho". Él tomó la frase como un cumplido y se despidieron amistosamente.

Pasados dos años, recibió una carta de aquel hombre, donde le recordaba la anécdota y le enviaba un billete de ida y vuelta a New York, con la petición expresa de que por favor acudiese. Con cierta curiosidad, aceptó el ofrecimiento. Después de un breve recorrido, el hombre mayor le condujo hasta la esquina de la Quinta Avenida y la calle 34, señaló un imponente edificio con fachada de piedra rojiza y le dijo: "Este es el hotel que estoy construyendo para usted". El encargado le miró con asombro: "¿Es una broma, verdad?". "Puedo asegurarle que no", le contestó. Así fue como William Waldorf Astor construyó el Waldorf Astoria original y contrató a su primer gerente, de nombre George C. Boldt.

Evidentemente el sr. Boldt no imaginaba que su vida iba cambiar para siempre cuando tuvo el detalle de servir de la mejor manera a un señor que no conocía llamado Waldorf Astor en aquella noche tormentosa en Filadelfia.
Mee gusta mucho como esta historia verídica refleja  que el servir a los demás es algo que siempre tiene recompensa, sobre todo cuando uno lo hace desinteresadamente como nos enseñó Jesús.

Marcos 10:45 – PDT

Porque el Hijo del hombre no vino a que lo atendieran, sino a servir a los demás y a dar su vida para salvar a otros.

Cuando servís sin esperar nada a cambio, sin que importe a quien, sin que importe si es famoso o adinerado, cuando menos lo esperes va venir la recompensa de parte de Dios. Porque lo que uno siembra cosecha.
Aunque parezca que nadie te ve y nadie lo valora, cuando lo haces desinteresadamente en algún momento va venir tu recompensa de parte de Dios.
Pensá en la gente, hacé algo por la gente, y Dios pensará en vos y hará algo por vos.

Para pensar…

Diego Amado.