Recién ahora, después de mucho tiempo, tal vez más de lo que me hubiera gustado, me acabo de dar cuenta de que no todos los héroes llevan una capa y que tampoco son perfectos.
Uno de esos superhéroes sin capa es mi papá, Carlos Amado, que aunque era un ser humano imperfecto como todos, siempre estuvo para ayudarme, apoyarme y también a mucha gente más.
Doy gracias a Dios por el papá y superhéroe que me asignó.
Aunque muchos ciegamente se creen perfectos para acusar con el dedo o querer arrojar piedras, el único perfecto que lo podría hacer, Jesús, no lo hace y en cambio nos acerca su mano de misericordia y quiere entrar en nuestra casa como lo hizo con Saqueo en el relato Bíblico (Lucas 19:1-10)
Nos hemos acostumbrado a los superhéroes de Hollywood que parecen perfectos y casi ni se despeinan. No sufren, no fallan y ni se les arruga la ropa. Pero ni siquiera la Biblia nos presenta como perfectos a los grandes hombres de Dios. Abraham, Isaac, Jacob, Moisés, Elías, Samuel, David, Jonás, Pedro, Pablo, etc. Con ninguno Dios escondió sus errores, que seguramente nosotros hubiéramos omitido contar, pero el poder de Dios se perfecciona en la debilidad del ser humano.(2 Corintios 12:9)
A Dios no le interesa que finjamos ser perfectos, el que se cree perfecto y dice no tener errores, miente y hace mentiroso a Dios (1 de Juan:8-10)
Por eso, aunque a muchos los veas con errores y no los veas con una capa puesta en una foto retocada con photoshop, aunque sean imperfectos, han sido y son héroes para muchos.
Dios bendiga a todos los héroes anónimos sin capa.
Dios bendiga a mi papá que partió a la presencia de Dios aferrado a Jesús.
Muchas Gracias Dios por el papá que me diste.
Diego Amado.
