lunes, 19 de abril de 2010

Que bueno, que bueno, que bueno !!


Cuentan que un rey tenía un consejero que ante toda circunstancia, sea favorable o desfavorable siempre decía: "¡qué bueno, qué bueno, qué bueno!".
Un día de cacería el rey se cortó un dedo del pie y el consejero exclamó: "¡qué bueno, qué bueno, qué bueno!". El rey, molesto por escuchar que su consejero se alegraba de tal situación y cansado de esta actitud, lo despidió, a lo cual el consejero respondió: "¡qué bueno, qué bueno, qué bueno!".
Tiempo después el rey fue capturado por una tribu e iba a ser sacrificarlo ante su dios. Cuando lo preparaban para el ritual, vieron que le faltaba un dedo del pie y decidieron que no era digno para su divinidad al estar incompleto, dejándolo en libertad.
El rey regresó a su reino pensando "qué bueno que haya perdido el dedo gordo del pie, de lo contrario ya estaría muerto. ¡Que bueno, que bueno!" y fue ahí cuando se acordó de su consejero y lo mandó a llamar al palacio, le agradeció y pidió que volviera a trabajar por el doble del sueldo. Pero antes le preguntó por qué dijo "qué bueno" cuando fue despedido. El consejero respondió: "si no me hubieses despedido, yo habría estado contigo y como a ti te habrían rechazado, a mí me hubieran sacrificado".

Muchas veces, diferentes situaciones nos pueden parecer negativas, y podemos creer que salimos perdiendo, que las cosas han salido mal, que no hay nada para alegrarse, pero si nos mantenemos en el camino correcto, siguiendo a Jesús, al cabo de un tiempo vamos a poder comprobar que esas situaciones eran para nuestro beneficio según los planes de Dios.
Solo que para que estas situaciones se vuelvan para nuestro bien hay un requisito que enseña la Biblia y debemos cumplir: debemos amar a Dios…


Romanos 8:28 "Y sabemos que a los que aman a Dios, todas las cosas les ayudan a bien, esto es, a los que conforme a su propósito son llamados." RV60

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