Cuenta
la fábula, que había un Rey muy presumido, que creía que era el más inteligente y el único que sabía
vestir bien, su máxima preocupación era lo que vestía, no podía cometer la
vergonzosa situación de repetir una prenda, así que nunca usaba dos veces la misma
prenda, eso le interesaba más que cualquier otro asunto de su reino, por encima
de las leyes, de la justicia, de la educación, salud, de sus batallas, soldados, y cualquier otro
asunto.
Un día
llegaron al reino dos estafadores, y al enterarse de la cualidad de su Rey,
decidieron estafarlo haciéndose pasar por dos famosos y expertos tejedores de
túnicas.
Fueron
llevados hasta el Rey y ellos le hablaron de que le podían hacer una Túnica
Real tan sublime, que solo las personas inteligentes y aptas para su cargo
podían ver y admirar, ya que los plebeyos, incultos, e ignorantes no podrían ver
la tela, ni apreciar su hermosura.
El Rey
entusiasmado, accedió a que le hicieran una túnica para el gran
desfile del aniversario del Rey, y accedió a pagarles un alto precio en monedas
de oro y plata y cederle todos los materiales para su realización, telas finas,
seda, hilos de oro, etc.
Luego
de un tiempo se presentaron ante el Rey con un cofre, y ante la presencia del
Rey, le advirtieron, que al sacar la túnica, como le habían explicado, solo los
inteligentes, y aptos para su cargo podrían ver la majestuosa túnica.
Al
abrir el cofre, el pobre Rey no pudo ver la túnica, pero asustado pensando que
no era inteligente o no apto para su cargo, no se animó a decir que no veía la
túnica, asique con disimulo dijo: Que túnica tan hermosa!! Creyendo que los
demás que si eran inteligentes la veían.
Los
estafadores, les preguntaban a los sirvientes del Rey que les parecía y todos
expresaban su admiración, ya que ninguno se atrevía a decir que no la veía y perder
su cargo, además nadie quería quedar mal ante el Rey, nadie quería que lo
tomaran como rebelde o torpe sin inteligencia.
Los
estafadores, le probaron la túnica al Rey, el cual simulaba tenerla puesta para
no quedar mal, y se paseaba en ropa interior practicando para el desfile del día siguiente.
El Rey avergonzado por no poder verla, siguió simulando portar la
túnica que solo los aptos e inteligentes podían ver.
Anunciado
en todo el Reino que solo los inteligentes podían ver la túnica, salió el Rey
al desfile y nadie se animaba a decir que el Rey estaba en ropa interior, ya
que quedarían como rebeldes o como torpes sin inteligencia, asique todos callaban y nadie
decía lo que en realidad era evidente para todos.
Hasta
que por fin, un niño, de esos que la inocencia y la verdad, le ganan al qué
dirán de la gente, al protocolo, o al miedo del Rey, esos que no pueden con su genio, que no
encajan y que no se amoldan a los demás, uno de esos que si son bien
encaminados luego hacen reformas y revoluciones, en medio de las alabanzas del
pueblo miró al Rey y grito: ¡¡El Rey anda en calzoncillos!! Y muy de a poquito
comenzaron a sumarse otras voces.
Esta
historia me trae a la memoria a uno de mis revolucionarios y reformadores preferidos de la historia,
Martin Lutero, que hace 500 años en el siglo XV se animó a hablar, y gritar que un rey andaba en
calzoncillos. Por varias cuestiones, en esa época, la Biblia, estaba solo
al alcance de los sacerdotes, y varias enseñanzas del evangelio se habían
desviado, entre ellas, la venta de indulgencias, el camino a la salvación, el
acceso a la Biblia, la autoridad absoluta inefable del papa, en total 99 puntos
en los que Martin Lutero no creía que estuvieran acertados, se animó y habló,
pero le costó que lo expulsaran del sacerdocio, lo perseguían por hereje para
encerrarlo y matarlo, tuvo que huir y vivir encerrado para poder traducir la
Biblia a un idioma accesible a la gente de su país, Alemania.
Se le
atribuye ser uno de los pioneros de la Reforma protestante junto con Wyclif, Huss, Calvino, etc. La historia lo llama reformador, revolucionario y apasionado por Dios.
Pero
por sobre todas las cosas, valoro lo que Dios debe pensar del Lutero por
haberse plantado para defender la verdad de la Biblia y de las enseñanzas de
Jesús en contra del sistema.
Por
otro lado no puedo dejar de pensar que el mundo es cíclico, y así como en el
siglo XV, y en muchas etapas de la historia de la humanidad fue necesario una
reforma en diferentes ámbitos, sería interesante pensar y
repensar, para analizar si estamos por el camino correcto, o si andamos
paseándonos o alabando algún Rey en calzoncillos.
1 Tesalonicenses 5:21 - NBLH
Antes bien, examínenlo todo cuidadosamente
, retengan lo bueno.
1 Juan 4:1 – DHH
Queridos hermanos, no crean ustedes a
todos los que dicen estar inspirados por Dios, sino pónganlos a prueba, a ver
si el espíritu que hay en ellos es de Dios o no. Porque el mundo está lleno de
falsos profetas.
Oseas 4:6 – NVI
Pues por falta de conocimiento mi pueblo ha sido destruido.
Porque
toda enseñanza o doctrina debe ser sometida a análisis a la luz de la palabra,
y de ser necesario, debe ser sometida a reforma.
Para
Pensar…
Diego
Amado
Adaptado
del cuento “The Emperor new clothes”