jueves, 12 de enero de 2012

Una Iglesia Diferente



La noche era oscura, las calles silenciosas, el mundo estaba dormido, pero yo me encontraba bien despierto y mi estómago rugía de hambre. Me levante y rondé las calles buscando algún lugar donde comer huevos y tocino. Todo estaba cerrado con excepción de una vieja y pequeña cafetería al final del callejón. Entre y me senté en uno de los bancos altos de la barra. El tipo gordo que estaba detrás del mostrador se acercó y me dijo con un tono gruñón: ¿Que va a querer?, le respondí: Quiero una rosca y un café negro, mientras me encontraba sentado allí comiendo, entraron hablando fuerte y riéndose escandalosamente ocho o nueve prostitutas muy provocativas. Me atraganté con el café deseando salir lo antes posible de esa situación. De repente, la que estaba a mi lado le comentó a otra: ¿Sabes que? Mañana es mi cumpleaños. Cumplo treinta y nueve años. A lo que la compañera, en forma de burla, le contesto: ¿Y que esperas de mi? ¿Una fiesta de cumpleaños? ¿Quieres que te consiga un pastel y te cante cumpleaños feliz?
Al escuchar sus palabras tomé una decisión. Le pregunte al gordo de la barra: ¿Ellas vienen aquí todas las noches?
- Si, porque quieres saber? contesto él.
- Crees que tal vez podamos organizarle una pequeña fiesta de cumpleaños acá en la cafetería? - pregunté.
Una sonrisa ocurrente surgió de entre sus cachetes redondos.
- Eso seria genial - me respondió.
Al día siguiente a las dos y media de la madrugada regrese al bar. Había conseguido guirnaldas de colores y un cartel que decía: Feliz cumpleaños, Agnes.
Para las tres y cuarto de la mañana había prostitutas de pared a pared. Y yo en medio de ellas.
A las tres y media en punto, la puerta se abrió y entro Agnes con sus amigas. Yo ya tenía a todos preparados. Así que gritamos: ¡¡Feliz Cumpleaños Agnes!!.
Agnes nunca antes había sido sorprendida de esa manera. Estaba petrificada. Cuando Harry (el gordo del bar) apareció con el pastel y todas las velas encendidas, Agnes perdió toda la compostura y comenzó a llorar sin parar.
Así que me paré en una silla y dije: ¿Que les parece si oramos todos juntos? Y ahí, en esa cafetería vieja y sucia, me escucharon orar a las tres y media de la mañana por Agnes, su vida, su salud y su salvación.
Cuando terminamos, Harry se acerco y con algo de hostilidad en la voz me dijo: ¡Ey tu nunca me dijiste que eras un predicador! ¿A que clase de iglesia vas?

Le conteste - Yo pertenezco a la clase de iglesia que le hace fiestas de cumpleaños a las prostitutas a las 3:30 de la mañana.

Harry se quedo pensando por un momento y agrego: NO eso no puede ser.
No existen iglesias así. Si las hubiera, yo asistiría a una. ¡Si! Yo quisiera ir a una iglesia asi!

Para Pensar... no?

¿Que clase de iglesia estamos haciendo? ¿Como la habrá pensado Jesús?
¿Porque mucha gente tiene mal concepto de la iglesia?

No podemos seguir hablando del Amor de Dios cuando nosotros mismos lo criticamos y limitamos.
El mundo espera a "LOCOS" que entiendan que anunciar el evangelio en el lenguaje del mundo resulta MAS IMPORTANTE que sostener tradiciones buenas pero que no llegan al mundo en que vivimos.

No esperes que el mundo venga a tu iglesia....salí vos...
El mundo no va a cambiar si no hay nadie que les muestre como hacerlo o cual es el Camino (Jesús).

Diego Amado



Relato de Tony Campolo - Extraído del libro Agorafobia- Junior Zapata

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